miércoles, 27 de julio de 2016

"Aquellos interminables días sin jazz en el Hospital Americano"


En el mes de septiembre saldrá al mercado el V tomo de la colección "Generación Subway" en el que diversos autores escriben un poema o un relato con una temática común: el jazz.

En mi caso, he construido un relato basado en las informaciones del Hospital Americano que existió en Belalcázar (Córdoba), las cuales fueron publicadas en Internet, siendo  la pista que me sirvió para rastrear información sobre un hecho histórico que desconocía que hubiera existido en uno de los pueblos en los que crecí.

El relato se titula: "Aquellos interminables días sin jazz en el Hospital Americano", donde junto a Belalcázar, surgen otros instantes fugaces de los alrededores o de la lejanía. Así descubrimos pinceladas del hombre al que mató un rayo en el umbral de su casa, de los mejillones del río Zújar y de la música de Billie Holiday y su My Last Affair. Leeremos sobre la revista Vu donde se publicó la fotografía del miliciano de Capa y el sonido del saxofón de Young despidiendo a los americanos cuando abandonan el pueblo. Elementos, todos ellos, que me sirvieron para que una enfermera que cuenta lo que ha vivido, pudiera desgranar sus recuerdos a otra mujer, antes de perderlos.

A continuación, les ofrezco, como anticipo, la portada del libro y la primera página de mi relato:

Cubierta del libro



        
El libro está siendo editado por la editorial Playa de Ákaba y ha sido coordinado por Mónica Sánchez. Puede ser adquirido en esta dirección:



Enlace de acceso a la editorial y al libro


Disfruten, en su momento, de un magnifico relato, en el que, a diferencia de los que recomiendan en los talleres de escritura -recomiendan que el cuento prescinda de lo superfluo y se centre en una sola historia-, lo accesorio es tan importante como la historia principal. Más que escribir un cuento, opté por escribir una pequeña novela. 

En lugar de quitar anécdotas e historias, añado. Tenía, en el momento que lo escribí, una justificación muy razonable; el relato recoge las últimas palabras de una enfermera, que recuerda, hasta el macabro momento en que su propia madre encontró la muerte de una forma tan original como peculiar. Ella lo cuenta con estas palabras: un disco "...de Louis Armstrong, atravesó la sala del piano, salió por una ventana y le segó el cuello a mi madre".


jueves, 21 de julio de 2016

Lecciones para escritores de Marta Rivera de la Cruz

Dentro del Curso de Verano de la Universidad Complutense titulado «Saber escribir. Del papel a las redes sociales», la primera conferencia, dictada el día 4/7/2016, fue impartida por la escritora Marta Rivera de la Cruz. Confieso que fue la que menos me gustó de  todas las actividades que se desarrollaron a lo largo del curso, aunque tengo que reconocer que fue por factores ajenos a su voluntad. La escritora y periodista fue presentada por Ana Gavin, la directora de la Fundación Manuel Lara, que, entre su actividad profesional, resaltó su condición de política; cuando le dio la palabra a Marta, esta se apresuró a aclarar que la conferencia la tenía pactada desde mucho tiempo antes de meterse en política. 

Ana Gavin, Eduardo Jordá y Marta Rivera de la Cruz


Ese detalle, a pesar que la conferencia tenía por título: «Las redes sociales en la literatura y la política», me hizo escuchar la exposición con un excesivo espíritu crítico. Afortunadamente, la política resultó ser una anécdota a lo largo de la conferencia. Marta Rivera de la Cruz centró su exposición en explicar cómo llegó a la escritura, cómo entiende y practica el oficio del escritor, cómo se plantea la búsqueda de temas para escribir, cuáles son las vías para publicar, y, por último, mencionó su faceta de narradora infantil y juvenil.

Digamos que para Marta, el punto de partida para crear una texto, es la realidad, puesto que «no hay mejor material de información que la realidad». Podría ser, por ejemplo, describir la soledad de los ancianos cuando su familia se va de vacaciones y los dejan en la ciudad; o realizarse preguntas sobre una fuerte imagen visual tomada de la realidad, cómo la de una casa, a oscuras, en la que hay una sola ventana encendida y en la que se divisa la silueta de una persona a través de la misma. Partiendo de esa imagen, surgen las preguntas sobre quién es esa persona, qué hace, etc. que nos darían material para empezar a escribir una historia. Es decir, que para escribir, hay que encontrar un motivo para escribir, y esa exigencia son las historias reales que nos cuentan o llegamos a vivir. Alguna de esas historias, al ser plasmadas en un libro, han llegado a ser consideradas como irreales, como le ocurrió a Marta cuando publicó una novela que narra la soledad de las personas mayores cuando su familia se marca de vacaciones -creo que es «En el tiempo de los prodigios», donde se narra la relación de amistad entre un octogenario y una mujer bastante más joven-.



Marta resaltó que el escritor tiene que ponerse un poco al servicio de la novela, y que, a veces, el proceso de documentación de la novela (saber cosas sobre el personaje y su época) lleva más tiempo que la redacción del manuscrito propiamente dicho.

Considera fundamental la disciplina personal para escribir todos los días, así como trabajar con noticias; y observó que «ahora todo el mundo escribe» pero que «no todo el mundo es escritor». 

La exposición, bajo mi punto de vista, se volvió menos amena y más difícil cuando entró en el campo de batalla con el que se enfrenta todo escritor novel: la publicación de su obra. Me dio la impresión que, además de prudente, iba un poco a la defensiva, como si pretendiera justificarse de su logro por haber conseguido publicar muy joven y ser una de las finalistas del premio Planeta (2006). 

Mencionó como vías de acceso a la publicación: 
  1. Los concursos como entrada en el mercado editorial. Ana Gavin, aclaró que a veces, aunque no se logra premio en el concurso, la obra, si es buena, podría publicarse al año siguiente.
  2. El recurso de los agentes literarios.
  3. La necesidad de dar con la editorial que se adecue a las características de la obra para lograr publicarla. No todas editoriales, como sabemos, tienen la misma temática ni el mismo perfil de lectores. 
  4. Señaló, además, que hay una gran diferencia, de cara al conocimiento del público, entre el escritor que publica una columna en un periódico y el que no la publica; el primero tiene un perfil que llega a más lectores en el caso de lograr publicar una novela que el segundo.
Ana Gavín, reforzando los argumentos de Marta, intervino para explicar que las novelas tienen que tener un mínimo de mercado para poder publicarlas y que en las mismas intervienen muchos factores; pero que entre unos y otros, hay muchos vasos comunicantes.


Finalmente, Marta que también ha destacado como autora infantil juvenil, habiendo obtenido premios relevantes, como el Anaya (2008), mencionó su faceta de escritora de libros juveniles e infantiles. El escritor y profesor de talleres literarios, Eduardo Jordá, uno de los directores del curso, comentó que el mercado de los lectores de 12-14 años es muy interesante en nuestro país, siendo un sector que, como escritores -o futuros escritores-, debería ser tenido en cuenta; creí interpretar que por la menor competencia, por lo que se puede lograr mas fácilmente la publicación de la obra.




domingo, 17 de julio de 2016

Impresiones de una escritora sobre la lección de cómo escribir de otro escritor: Javier Sierra


Conocí personalmente a Javier Sierra en el año 2013, en la Feria del Libro de Sevilla, un día de mayo que me acerqué a su caseta para que me firmara «El maestro del Prado». Fue el mismo año en que logré hacerme con el cártel de la Feria del Libro de Sevilla, dedicado a Caballero Bonald. Ese póster lo enmarqué y lo colgué sobre la escalerilla que está en una esquina de mi despacho. Un día, mirándolo desde la mesa en la que trabajaba «fabricando» el manuscrito de un libro de Derecho Laboral, me dije que al año siguiente debería ser parte de esa feria. Dicho y hecho, demasiado pronto desde que tuve ese deseo pienso hoy, en la Feria del Libro de Sevilla del año siguiente, logré presentar el libro colectivo del que soy coautora y que fue editado por la editorial Playa de Ákaba: Nueva Carta sobre el comercio de libros, en el que varios autores interpretábamos la Carta sobre el comercio de libros» de Diderot (escrito en 1763) a la luz de la piratería digital en los inicios del s. XXI.

La pared que me he prohibido llenar de libros
con el famoso póster de la Feria del Libro de 2013.

Volviendo a Javier Sierra, ese día de mayo en el que, amablemente, me dedicó su El maestro del Prado, me impresionó por la tranquilidad con la que empuñó el bolígrafo para tomarse el tiempo necesario para que saliera «cuadrada y artística», como si no estuviera escribiendo, sino componiendo las letras en una imprenta. Clavó la dedicatoria sin precipitarse.


He vuelto a coincidir con Javier Sierra en el Curso de Verano «Saber escribir. Del papel a las redes sociales»celebrado en a primera semana de julio de 2016 en El Escorial, donde, dentro del programa del curso , impartió la conferencia «El misterio de la página en blanco», el pasado 8/7/2016. 

Tan misterioso es Javier Sierra que en las fotografías sale con "aureola",
obsérvese que tamaño logro no se reproduce en mi persona,
a pesar de trasmitirme buenas ondas con su brazo.

Acostumbrada a los escritores que improvisan; dictan «de oído sus conferencias» contando sus experiencias; o se limitan a llenar su hora correspondiente leyendo largos párrafos de sus propios libros, me impresionó encontrarme con un autor que se había preparado su exposición con una presentación, a la que había tenido que dedicar varias horas de su escaso tiempo libre. Quizás no sea eso correcto, mejor decir que de sus esfuerzos profesionales. La exposición se inició con algunos apuntes sobre su infancia, época en la tuvo difícil acceso a los libros en su ciudad natal por las escasas librerías existentes y de su descubrimiento de la «tradición oral» de la narrativa derivada de la necesidad de contar lo qué pasaba, que descubrió con un aparato grabador que le compraron sus padres en una tienda de informática de Barcelona. Nos contó que, desde niño, se sintió estimulado por la investigación de lo misterioso.

A lo largo de la conferencia, con certeras fotografías que introducían espectacularidad a sus palabras, nos explicó que el proceso creativo es similar al deslumbramiento derivado de la espera de un acontecimiento; por ejemplo, del descubrimiento de un planeta. Cuando los investigadores tienen el material necesario para comenzar sus análisis sobre ese planeta, descubren que los datos recién descubiertos son superiores a lo que se habían imaginado. De todo ese conjunto de descubrimientos o datos, en la labor interpretativa, surge una especie de música que nos lleva a meternos en la historia para contar lo que vemos, porque el universo no es sólo lo que imaginamos, sino que es más de lo que podemos imaginar.

La página en blanco es llenada por una historia que escribe después de haber tenido «una visión»; ese momento se produce cuando la persona «rompe» porque ha desarrollado su voz propia como escritor, siendo el material que la impulsa a imaginar cosas «su capacidad de asombro». Así no sólo imaginas la historia de lo que crees que hay en ese planeta o ese lugar, sino que haces algo más: montas en la nave para ir a ese lugar.

Desde La Ilíada de Homero (s. VIII a.C.), y su mención a la antememoria (a la capacidad para recordar cosas, asociándolas a un espacio real para recordar los 24 cantos y 15690 versos de La Ilíada, asociándolos a las estrellas; así siguiendo las constelaciones, se desgranan los cantos sin equivocación),  Javier Sierra fue citando escritores o los libros significativos que se han ido surgiendo o publicándose a lo largo de los años y que demuestran que siempre han estado de moda los temas relacionados con el misterio (Valle-Inclán, Pío Baroja, por ejemploescribieron en su día, cuentos relacionados con temas de las ciencias ocultas) y que no suponen, exactamente, un regreso a lo oculto en la literatura contemporánea que ha tenido su culminación con la publicación de El Código da Vinci de Dan Brown (2003).

Mi impresión es que Javier Sierra —cómo le comenté a él mismo, cuando me acerqué a comentarle la extraña coincidencia que en uno de mis manuscritos las fuentes científicas estaban tomadas del libro El retorno de los brujos de Jacques Bergier y Louis Pauwels que había citado a lo largo de la conferencia— había planificado la exposición como si fuera una novela de misterio. Había introducido a lo largo de la locución diversos elementos intrigantes que fue desvelando con la finalidad de mantener la atención del auditorio hasta el último minuto, mientras nos explicaba su método de llenar una página en blanco. 

Por resumirla de alguna manera, la conclusión que extraje, en medio de esa extraordinaria avalancha de datos, fechas, libros e historias con las que nos desbordó Javier Sierra a lo largo de una hora —que se convirtió en muy corta—, es que las llenaba del fruto de sus «visiones». De la «visión» que tienen los hombres y que deriva de un momento como el que tuvo Mendeléiev que dio con el patrón de la tabla periódica de los elementos a través del sueño. Javier Sierra comentó que ese proceso surge de una «incubación». En la práctica, y exponiendo un ejemplo, la visión consiste, en roman paladino, en dibujar sobre un cuadro famoso o sobre el plano de una ciudad —sobre cosas reales— la disposición de una constelación y unir los puntos claves del mapa o del cuadro con una buena historia de misterio que contenga muchas pinceladas reales para hacerla verídica.

He dicho que lo que he escrito es «mi visión de su forma de trabajar e imaginar las cosas» para llenar las páginas en blanco y construir una novela. Cómo nos aclaró Javier Sierra, -que dijo que escribir la segunda novela siempre es lo más díficil— para él, la novela es «un instrumento de comunicación», cuyo argumento tiene que estar al servicio del mensaje. 

Todo lo expuesto viene a resumir su frase fetiche y que ya me escribió en la dedicatoria en el año 2013 y que ha repetido en diversas entrevistas: «EL ESCRITOR ES SU MIRADA»; es decir, el argumento tiene que estar al servicio del mensaje en el que el autor pone el foco.

lunes, 11 de julio de 2016

"El gran poema de nadie" (Lecciones de Dionisio Cañas)


Dionisio Cañas (Tomelloso, 1949) es un poeta y artista español, con amplia obra publicada. Desde el año 2002 ha potenciados los TALLERES DE POESÍA PARTICIPATIVA en distintos lugares del planeta (Cuenca, Marruecos, Tomelloso, Barcelona, Isla de Lesbos, etc.), logrando con ello que la gente participe en la creación de poemas colectivos, cuyo resultado final «no es de nadie».


La expresividad de Dionisio exponiendo
su "visión" de la poesía colectiva.


El material que sirve de soporte a la creación de estos poemas puede ser la basura. Un grupo de voluntarios busca palabras en los basureros, mercados, calles de las ciudades, etc. La gente recorta palabras de las cajas de fruta, los carteles de la publicidad, las cajas de cartón, etc. que va encontrando a lo largo de su paseo. Los voluntarios armados de un cutter o unas tijeras van recortando las palabras que les gustan, que guardan en una bolsa de plástico (normalmente una bolsa de basura tamaño comunidad). Las palabras  recopiladas, se van colocando sobre una superficie: el suelo, una larga tira de tela blanca de tamaño suficiente como para colgarla de una fachada como si fuera una banderola, o un cartón de grandes dimensiones. Una vez compuestas las frases como un rompecabezas, se pegan sobre el soporte hasta formar poemas. 

Esta actividad colectiva ha sido denominada por Dionisio como «El gran poema de nadie». Junto a las palabras se añaden dibujos, fotografías o pintadas, aunque el vehículo fundamental de expresión es la palabra.

La finalidad de esta construcción ha sido aclarada por el propio Dionisio Cañas en el transcurso de un curso de la UCM, celebrado durante los días 4/8 de julio de 2016 en El Escorial, y titulado: «Saber escribir. Del papel a las redes sociales». Dionisio Cañas aclaró que la construcción del poema colectivo era el suicidio del autor, porque éste «… se sacrifica en las palabras encontradas en la basura por ‘los otros’. Esa fue la intención desde un principio: dejar que las palabras asesinaran al «autor» para que de sus cenizas surgiera el poema de ‘los otros’, para que su muerte entre las palabras encontradas en la basura, ‘los otros’ crearan el gran poema de nadie, el poema de todos».


Dionisio en el transcurso de su exposición,
al fondo una de las obras colectivas de "El gran poema de nadie"
realizado en Tomelloso.

En el transcurso de la sesión titulada «La escritura participativa: el gran poema de nadie», Dionisio se puso manos a la obra y, solicitando la colaboración de los alumnos participantes, sentó las bases para la creación de una poema colectivo, en este caso utilizando de forma muy beneficiosa las nuevas tecnologías, en concreto el móvil. Los alumnos asistentes le remitieron a su móvil, por WhatsApp o SMS, frases o fotografías; es decir, las distintas partes de un gran rompecabezas. 


El resultado final fue un puzzle de palabras y frases, que Dionisio metamorfoseo en un bellísimo poema de gran belleza y emotividad y que transcribo a continuación: 

"Ya no me duele el costado
y tengo miedo de que se borre
la tinta de este esquema de conexión:
de fuera a dentro, de fuera al centro,
un encuentro que devora, consume,
rompe la realidad urgente que me vomita.
De estos desiertos nació un pájaro de fuego.
Lo vi crecer y con mi aliento te lo entrego.
Ama y haz lo que quieras,
bastante pena tiene el pobrecito que llora.
Los sapos abrían sus bares cada noche
con su liberadora risa de encarceladas emociones.
Palabras atrapadas  en el fugaz consumo;
ya liberadas, ya de nadie: “Mama Inés”, “Se alquila”,
“El de las flores”, “Amor”, “¿Justicia?”, “¿Venganza?”,
“Silencio infinito”…
Es absurdo, pero en esos momentos
me pongo a leer el catálogo de Ikea
para recordarme que hay muertes
peores que la de ahogarse
en un mar de gente comprando
los mismos muebles con nombres impronunciables
e instrucciones demoniacas.
Agonía del deseo no conseguido.
Cuerdas invisibles que te ahogan
hasta conseguir que termines
rindiéndote a los pies de un destino deseado.
Apasionada de la vida, esclava de tu pasado,
pintora de tu presente y enamorada de tu destino,
reencontraste la vida en un escenario
marcado por la muerte,
una sombra que te ilumina.
Somos las palabras precedentes.
Pasé la noche contigo estando solo en la cama.
Solo un abrazo te pido, solo un abrazo,
para sanar este inmenso dolor."




Dionisio Cañas y la autora del blog.