domingo, 22 de octubre de 2017

LOS PLIEGOS DE CORDEL DE MANUEL SANCHA DE BELASCO



© María Dolores Rubio de Medina, 2017


Cuando en 1787 (año probable) el poeta Manuel Sancha de Belasco –o Manuel Sancha Velasco o Manuel de Sancha y Velasco, etc; pues tantos nombres utilizaba–, nacido en Hinojosa del Duque, publicó su famoso pliego de cordel conocido como el Monstruo de Jerusalén, impreso por don Luis de Ramos de Coria de Córdoba, tenía 58 años y llovía sobre mojado porque dos años antes ya había conocido el éxito a nivel local como autor, con la publicación de otro romance basado en el instinto asesino de una loba y localizado de forma concreta en su pueblo natal; y porque su nueva obra era –y es–, en parte, un plagio. Intentó repetir un éxito pasado tomando la descripción del monstruo de otro texto, a saber cuál.

Vayamos por partes, este autor tan desconocido –yo misma descubrí su existencia hace un par de años–, es un personaje muy escurridizo y difícil de investigar, aunque vivió durante los años 1730-1806. Apenas queda rastro documental sobre su existencia. Quiero señalar que existen otros investigadores que me precedieron y han dado pistas o mostraron su obra para nuestra historia, hablo de Julio Caro Baroja en Ensayo sobre literatura de cordel (1990), de Manuel Álvar en Romances en pliegos de cordel (1974) y de Antonio Merino Madrid, editor de Romances de Ciego. Manuel Sancha de Velasco (1993), tampoco quiero dejar de citar a Luis Romero, cronista de Hinojosa del Duque; todos ellos, dentro de sus medios, indagaron lo que pudieron sobre un escritor del que, prácticamente, sólo se conoce poco más que su nombre. 

Dos de sus pliegos de cordel se conservan en la Biblioteca Auxiliar del Archivo Municipal de Málaga. Fondo Antiguo, los cuales atestiguan la autoría de nuestro personaje, rareza de la época,pues lo habitual es que no aparezcan los nombres de los autores en los textos de cordel, siendo los dos que se describen a continuación.

El primer romance conocido de Manuel Sancha de Belasco es un «pequeño tratado histórico» sobre nuestro pueblo y lleva por título: «TRAGICO MORAL ROMANCE, EN QUE SE DESCRIBEN LAS DESGRACIAS, que con una Loba rabiosa acaecieron en esta Ilustre Villa de Hinojosa del Duque dia doce de marzo d este año de 1787, dividido en dos partes por su Autor Don Manuel Sancha Belasco, natural y vecino de dicha Villa». Describe el ataque de una loba a dos pastores en Hinojosa del Duque y todos los hechos secundarios que menciona son reales y se encuentran documentados.

El segundo romance, el «Monstruo de Jerusalén» es más conocido y fue un auténtico éxito popular, hasta el punto que circulan muchas versiones con ligeras variaciones de palabras, en las que lo habitual es que no aparezca el nombre del autor. Este romance, tiene dos partes, aunque sobre la segunda de ellas existen razonables dudas acerca de si su autor es la misma persona, pues pudiera ser un añadido de fecha posterior. 

Reproducción de la primera página de un pliego de cordel del "Monstruo de Jerusalén".
He publicado la imagen de un pliego de mi propiedad para evitar problemas de uso indebido de fuentes.
Aunque sin referencia al autor en el mismo, tuve la fortuna de conseguirlo en la librería "Anticuaria" de Salamanca.

En todo caso, me interesa resaltar la famosa descripción del monstruo, para la que  utiliza las siguientes frases:
«[…]
cuya espantosa figura,
y talla, se dice, era
como de un grande Caballo,
el pecho, cuello y cabeza
como de un fuerte Leon,
y dos astas en la testa
á semejanza de un Toro,
y los colmillos de á tercia
como los de un Javali,
y de Pachon las orejas,
con una melena hermosa.
Su cuerpo era de la mesma
hechura de los Caymanes,
y sus uñas mas tremendas.
Todo vestido de conchas
de tan rara consistencia,
que rechazaban las balas
como las mas duras piedras.
Se treinta y seis espolones
de hueso, a modo de uñetas,
se vestian su lomo y ancas,
su cola, muslos y piernas.
Tenía como una vaca
cuatro monstruosas tetas;
de Basilisco las alas,
y cola con una flecha
al remate con las puntas
de una indecible agudeza.»

esta detallada incursión sobre el cuerpo del monstruo no es obra de la prodigiosa imaginación de nuestro «poeta de la sierra», como se autodenominaba, puesto que ya había sido publicada en 1932 en el Diario Histórico, Político-Canónico y Moral del P. FR. Joseph Álvarez de la Fuente; y al mismo tiempo, en el mismo año en que se podría haber publicado en Córdoba (1789), traspasó fronteras, dado que la descripción del monstruo fue noticia publicada en la Gazeta de México del martes, 24 de marzo de 1789, que la había rescatado del texto de Álvarez de la Fuente.

La tercera obra identificada que se conserva Manuel Sancha está en el Archivo Histórico de la Nobleza de Toledo, no ha sido publicada que yo sepa, ni tampoco se encuentra accesible al público a través de la web del archivo, sino que hay que adquirirla a través del sistema que tiene implantado el citado Archivo para acceder a su contenido. Se trata de un larguísimo poema escrito por la boda de D. Francisco de Borja Bruno María del Pilar Joaquín Pedro de Alcántara Tellez-Girón y Alfonso-Pimentel, X duque de Osuna con D.ª María Francisca de Beaufort y Álvarez de Toledo, condesa de Beaufort-Spontin. 

El poema está fechado a 11 de abril de 1803, está redactado con letra manuscrita –probablemente la de un escribano–, y en el encabezamiento del mismo dice lo siguiente: «A los Exmos. Señores Duques de Ôsuna, Benav.te y Bejar: Condes de Bello Alcazar, Marqueses de Peñafiel y de Veaufort, sus S.res, remite Manuel Sancha de Velasco (su humilde siervo) la enhorabuena de sus Bodas, ên Madrid: êntre los Ex.mos S.res Marques de Peñafiel, y Conde de Bello Alcazar, y la Ex.ma S.ra D.ña Fran.ca Veaufort, Condesa de Veaufort: en el Poema epíco síguíente.»

Se trata, en todo caso, de una obra menor, propia de un hombre en franca decadencia de sus facultades artísticas, en comparación con los dos romances anteriores de mucha más calidad, dentro de su mediocridad, todo hay que decirlo, pues la obra de Sancha de Belasco destaca más por su rareza que por su contenido. La redacción de la poesía de las bodas es muy empalagosa, forzada y «pelotillera». El autor, probablemente, intenta quedar bien con los señores para los que trabaja, ofreciéndoles un presente artístico, lo que no era raro al tratarse de los Béjar –integrados en la Casa de Osuna–, una familia famosa por su patronazgo con los escritores y artistas desde siglos antes.

A través de este texto conocemos datos de la vida de nuestro autor, puesto que dice:
«[…]
el Poeta de la Sierra
medecían, Manuel Sancha.
que en Hínojosa del Duque
vívía, donde la Casa
Excelentísíma, sirve,
de Interventor de Alcabalas»-

En este año nuestro personaje no vivía en Hinojosa del Duque, sino en Cuenca –aldea de Fuente Obejuna–, donde falleció su esposa ese mismo año de 1803 y donde fallecería él mismo, en 1806.

Mi interés durante esta investigación –que aún no he concluido– se ha centrado, como las obras citadas ya han sido descubiertas y mencionadas por otros, en tratar de descubrir alguna obra no conocida de Manuel Sancha. Esta tarea plantea una dificultad extraordinaria por la ausencia de firma de los autores en esta modalidad literaria, sobre todo si tenemos en cuenta que, a partir de la muerte de Manuel, sus obras empezaron a circular sin mención de su nombre, aunque existía un primitivo derecho de propiedad intelectual que en esta época que protegía a los autores y a sus herederos.

Es posible que mi esfuerzo haya dado frutos, creo que existe un nuevo romance que atribuyo –eso sí, impreso en una edición más moderna que los pliegos conservados en Málaga– a este autor y que nadie, que yo sepa, ha mencionado antes. El romance se conserva, por esas rarezas inexplicables del destino, en la Universidad de Cambridgedentro de la colección "Spanish Chapbooks". En los siglos XVIII-XIX hubo un auténtico interés de los intelectuales ingleses por estos poemas de cuatro, ocho o más páginas o cuartillas, que se imprimían en grandes pliegos –procedente de las hojas sobrantes de las resmas de papel adquiridas para imprimir libros– que podían doblarse en cuatro partes, impresos por su anverso y reverso. Es decir que de un pliego salían ocho páginas, por decirlo en de alguna manera. Estos pliegos se doblaban en cuatro y eran colgados en un cordel –o cañas finitas– para su venta, de ahí su nombre, «pliegos de cordel».


Las cuatro caras del anverso de un pliego de cordel.


Aunque mi investigación todavía necesita tres o cuatro meses para dejarla en condiciones medio aceptables –dentro de las tremendas lagunas que tendrá por la falta de fuentes documentales que han desaparecido–, procedo a hacer publico mi descubrimiento antes de tiempo por tres razones: 

La primera por si me precipito y alguien tiene razones fundadas para contradecirme, que en este terreno, todo es posible.

Segunda, porque como tardaré un poco en finalizar el trabajo, si he encontrado el texto en Internet –ciertamente después de casi un año revisando bibliotecas digitales o físicas y archivos; además de dar la lata a unos y a otros, hasta desesperarlos–, por pura casualidad, cualquier persona puede tener la misma fortuna y publicar su localización antes que yo.

La tercera y definitiva razón, es porque aunque no sea atribuible a Sancha de Belasco –en mi investigación expondré las razones por las que se lo adjudico, pero siempre será una apreciación personal y más arriesgada en mi caso, que no tengo formación lingüística o literaria, sino jurídica–, el romance, evidentemente, entrará en la pequeña historia de la literatura hinojoseña, pues lleva por título:

NUEVO Y CURIOSO ROMANCE, EN EL QUE SE DA
cuenta y declara el maravilloso milagro que ha obrado el
SANTISIMO CHRISTO DE LAS INJURIAS, y María San-
tisima de Guadalupe, con dos devotos suyos, que habiéndo-
les cautivado, por la intersecion de esta Soberana Se-
ñora se vieron libres : con lo demás que verá
el curioso en esta 
P R I M E R A   P A R T E


¿Verdad que sienten un hormigueo cuando leen «Cristo de las Injurias» y «Virgen de Guadalupe»? Pues recuerden que el Padre Juan Ruiz dice en La ilustre y noble villa de Hinojosa del Duque (1923) que el Cristo de las Injurias fue hallado en 1743, a la puerta de la ermita, época en la que vivía Manuel Sancha de Belasco. Y sigan leyendo y el asombro se agrandará. En uno de sus párrafos dice:

«[…]
vivia un Caballero,
llamado Don Juan de Ayala,
su esposa Doña Josefa,
discreta, entendida y sabia:
de su feliz matrimonio
el Cielo le hizo la gracia,
y les dió un Angel por hija,
de las mugeres la palma.
Se fue criando esta niña,
y desde su tierna infancia
tuvo grande devocion
con la Magestad Sagrada
del Christo de las Injurias.
En una Villa nombrada,
que la llaman Hinojosa,
tiene su Divina Casa,
siendo tantos sus milagros,
y sus maravillas tantas,
que para poder contarlos
será mi pluma cansada.»

Mi agradecimiento a la Cambridge University Library por valorar más que nosotros esta literatura llamada «hojas volantes», «pliegos de cordel», «hojas sueltas», etc. Espero que ustedes, los de nacieron o viven en mi pueblo, disfruten del descubrimiento con el entusiasmo con que lo viví hace una semana, cuando di con el hallazgo por casualidad. Desgraciadamente el buscador de la plataforma digital de la Library no busca palabras dentro del texto de los romances, ni al parecer han reparado en que muchos autores introducen su nombre y sus datos en el mismo romance, casi siempre al final. Conociendo estas limitaciones, se me ocurrió poner palabras poco usuales  sobre cosas de mi pueblo en el buscador a ver si los títulos de los romances servían para concretar la búsqueda y la suerte me vino de sopetón cuando introduje la palabra «Injurias». De pronto, en la pantalla de mi ordenador tenía esta maravilla, de la que dejo el enlace de la magnifica biblioteca donde se conserva, en donde podrán encontrar, también los datos de la colección a la que pertenece- El pliego fue donado por Edward Meryon Wilson.


Fotografia Archivo Rubio&De-Medina.
La ermita del Cristo de las Injurias sobre finales de los años 50 (s. XX).



      Buenas noches desde Sevilla, a 22 de octubre de 2017.

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